Sé lo que estáis pensando, y no. No sabría únicamente a neumático de coche de choque en una feria de pueblo. También puede saber a acordeón, voz aguda, un poco de amor y mucho arte español. ¿Y cómo te comes eso? Un grupo de estudiantes suizos han hecho posible que tú puedas deleitar a tus invitados con un aperitivo algo más original que unos nachos con queso.

Como si del laboratorio de Dexter se tratara, han creado mediante fórmulas, algo llamado “beatballs”. Lo que hace es simple: según la melodía de la canción, su puesto en el ranking de popularidad o el sentimiento que transmite, mediante un código se van mezclando estos elementos y ¡bum!, sale una albóndiga personalizada. Este adjetivo se le puede dar no por su forma, que es redonda como cualquier albóndiga en el mundo mundial, sino porque es una receta única para cada canción.

Para nuestro deleite, están pensando ampliar el negocio, y recaudar fondos a través de Kickstarter para poder hacer un “Beatballizer”, una maquina que pueda caber en la cocina de toda persona que quiera poner la lista “Saturday Night” de Spotify y empezar a servir albóndigas con sabor a fiesta.