LOS PERSONAJES MÁS ILUSTRES DE LA HISTORIA
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Son las cinco de la tarde, una tarde soporífera y veraniega. Miras a través de la ventana el lugar exacto en el que te gustaría estar en ese instante. No puedes, claro, la clase de historia impartida por Fernando ocupa todo tu tiempo y atención, o al menos así debería suceder como bien dicta la sobrestimada teoría.

El hombre –ya mayor– sigue poniendo empeño en lo que le atañe pero lo cierto es que el espíritu infantil lo abandonó hace algún tiempo hasta acabar marchitando todo lo que tenía, que era mucho: su pasión. Tú, que sigues a lo tuyo, te observas a punto de otorgarle el pulso al sueño y la desazón comandados por la época Isabelina, pero de pronto aparece Sacha Goldberger, y como si de un superhéroe se tratara, acaba salvando tu existencia con su asombroso e ilustre proyecto.

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