APPLE VS COMISIÓN EUROPEA: ROUND 1
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La lucha entre Apple y la Comisión Europea, que le reclama 13 mil millones de euros en concepto de impuestos no pagados en los años en los que la compañía lleva operando en Irlanda, se prevé larga.

No se trata tanto de si Apple paga o no paga sus impuestos (que lo hace), sino de la política tributaria de la compañía y dónde recaen los beneficios de su actividad. En este caso, tras la demanda de la Unión Europea hay mucho más de lo que parece a simple vista.

A raíz de la noticia, Tim Cook (CEO de Apple) emitió un comunicado en el que argumentaba que Apple pagaba sus impuestos e incluso había colaborado con las autoridades irlandesas para cumplir con la fiscalidad del país. Además aludió también a cómo la presencia de la empresa en el país, que abrió el camino a otras grandes tecnológicas que después también se instalarían en Irlanda, había revitalizado el empleo en zonas antes deprimidas.

En realidad, el gobierno irlandés no reclama, ni siquiera quiere el dinero pendiente de Apple. Dicho de una forma simple, es pan para hoy y hambre para mañana. Apple, igual que otras grandes tecnológicas como Google, Facebook o eBay se benefician de un sistema fiscal favorable (lo hacen en Europa y en todo el mundo) a cambio de los beneficios que genera su actividad en dichos países, en forma de empleo principalmente.

Por otra parte, Apple tributa el grueso de sus impuestos en Estados Unidos, y tiene un sistema piramidal por el cual los beneficios de sus actividades se declaran en los países con políticas fiscales más relajadas. De esta forma, en Europa la mayoría de los beneficios generados en los países en que Apple tiene presencia acaban en la filial irlandesa de la compañía, que por esto mismo es considerada como su base europea.

Y de ahí viene la reclamación de la Comisión. Pretende que Apple (y las otras grandes compañías tecnológicas detrás) comience a pagar los impuestos por los beneficios que la actividad de la empresa genera en Europa. Ante esto, la respuesta de los de Cupertino viene a ser “o impuestos o empleo, pero no ambos”.

Pero hay más. La decisión no solo afecta a Apple e Irlanda. La administración Obama observa con preocupación la evolución del proceso, y acusa a la Comisión de llevar a cabo a una campaña contra las grandes compañías tecnológicas estadounidenses. Y Google, Facebook, eBay… tampoco pierden detalle.

Es solo el comienzo de una batalla que puede determinar un nuevo orden en las relaciones entre las compañías que (a priori) van a dominar el mundo los próximos años y los gobiernos de los países europeos. Como siempre en September estaremos ojo avizor al desarrollo de los acontecimientos…

¡Que empiece el primer asalto!

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